En plena polémica por la venta sin receta de la píldora del día después, habría que preguntarse por la doble moral de los farmacéuticos. Algunos alegan objeción de conciencia, y no venderán el medicamento. Pero desde sus mostradores poco ayudan en la prevención. De hecho, hay farmacias que tampoco venden preservativos. ¿Se atajan así las enfermedades de transmisión sexual y/o los embarazos no deseados? Claramente, no. La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, debería ser tajante ante una decisión personal con bata blanca, que repercute en la salud pública de la ciudadanía. Por cierto, que Rajoy llevará la Ley del Aborto ante el Tribunal Constitucional. Una reforma en la que, según la Iglesia, "no existe nada bueno".
Cuando cuesta volver...
Hace 6 años
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